La reconfiguración del sistema electoral mexicano: Una mirada desde Hidalgo
El sistema electoral mexicano, se ha modificado continuamente a través de una serie de las reformas político-electorales en un proceso de liberalización democrática, en específico las realizadas en 1977 (LFOPPE), 1986, 1989-1990 (IFE), 1993, 1993, 1996 (la llamada reforma definitiva), 2007-2008 y 2014 (INE), siendo esta última relevante, al derivar en la conformación de una doble estructura electoral, donde las instituciones encargadas de organizar las elecciones a nivel local serían los Organismos Públicos Locales (OPLES), a nivel federal el Instituto Nacional Electoral (INE), quien también esta facultado para organizar las elecciones locales, ya sea “total o parcial”. Si bien debemos seguir avanzando hacia la consolidación de la democracia, después del proceso electoral 2017-2018, se debe retomar la discusión de una nueva reforma electoral, que permita eficientar costos y procesos, aunque ello implique un debate aún más amplio entre federalismo y centralismo, entre lo nacional y lo local. De ello surgen algunas preguntas, ¿se requiere una doble estructura electoral (nacional y local) ?, ¿es necesario un doble financiamiento público a los partidos (Nacional y local)? lo cierto es que debemos poner sobre la mesa, la importancia de reducir tiempos y costos electorales. Por ello, el objetivo de esta investigación, es conocer el papel y la importancia tanto del INE y del OPLE, y si el contar con una doble estructura electoral, garantiza el cumplimiento de los principios rectores de certeza, legalidad, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad, sobre todo, la eficiencia y eficacia al momento de organizar las elecciones, para ello se analizará el funcionamiento de ambas instituciones en el estado de Hidalgo, por medio de una metodología comparada que permita vislumbrar las características de cada organismo y su funcionamiento en el proceso electoral de 2017-2018.