Venezuela: del bienestar familiar al desastre nacional
En esta ponencia estudiamos los programas sociales de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, presidentes que provinieron del Partido Socialista Unificado de Venezuela. Interesa analizar las características de dichas políticas y sus impactos positivos, antes de la debacle económica. Estos gobiernos redistribuyeron los recursos derivados del petróleo mediante políticas sociales amplias (incluyendo transferencias económicas directas). Estudiamos los programas sociales más importantes con base en fuentes oficiales, revisando sus principales características y sus consecuencias en las condiciones de vida de la población. Nos apoyamos en datos de organismos gubernamentales venezolanos y de organismos latinoamericanos que aportan información sobre la situación social de los países de la región. Los gobiernos venezolanos atendieron los principales problemas sociales sin un programa bien definido, con buenas intenciones y con un caudal de recursos impresionante. La centralización de las decisiones y el manejo de recursos fueron concentradas por el Poder Ejecutivo. La distribución de los distintos apoyos implicó la integración o revitalización de formas de participación popular para la propuesta, instrumentación y (ocasionalmente) evaluación de los programas sociales. La promoción del colectivismo fue una de las características peculiares de las políticas sociales venezolanas, así como el fomento de valores específicos, propios de la llamada “revolución bolivariana” y el socialismo del siglo XXI. Esto permitió ganar el respaldo de una parte importante de la población, gracias al cual (en parte) el PSUV ha logrado mantenerse en el poder. Una de las dificultades que los gobiernos tuvieron fue la de reproducir políticas sociales que no implicaban la eliminación total de la pobreza, la marginación y la desigualdad social de una vez y para siempre; que si bien concebían estos fenómenos como producto de la explotación social, parecían sostener que bastaba con mejorar las condiciones de vida para asegurar el bienestar. La caída de los precios del petróleo significó la entrada a una espiral de crisis económica que afectó a la mayoría de la población. Esto parece haber demostrado las limitaciones de la alternativa del socialismo del siglo XXI para eliminar la desigualdad social.