Las violencias del posacuerdo en Colombia ¿se profundiza el oligopolio de la violencia?

El Estado colombiano ha compartido la administración de la fuerza con fines políticos, a lo largo de su proceso de construcción y consolidación. En la medida que diferentes fenómenos –de naturaleza, dimensiones y objetos diferenciados– han desafiado la presencia y desarrollo institucional del Estado en el territorio, la estructura del uso de la violencia se ha configurado de forma oligopólica, en detrimento de carácter monopólico sustantivo a los Estados modernos. Los desafíos que ha enfrentado el Estado colombiano a la consolidación del monopolio legítimo de la fuerza han sido en el pasado –y aun en el presente– una amplia escala de fenómenos que, más allá de ejercer actividades militares paralelas, han pretendido fundar institucionalidades en detrimento de su desarrollo político y su legitimación. La guerrilla de la FARC-EP, en la historia contemporánea fue, por su evolución y desarrollo (política, social, militar y territorial), el principal obstáculo al ejercicio monopolizado de la fuerza por parte del Estado. Por consiguiente, el desarme y desmovilización de esta guerrilla, como producto del Acuerdo de Paz firmado con el gobierno en el 2016, se presentaba como la oportunidad para que el Estado colombiano reemplazara de forma natural –inclusive como parte de la implementación misma del Acuerdo– el ejercicio de la fuerza que la estructura ejerció en los territorios que hacía presencia. Sin embargo, la realidad es que, con el repliegue de la guerrilla de las FARC-EP, los fenómenos violentos (de variada naturaleza, organización y operación) se han atomizado y distorsionado, toda vez que la evidencia ha demostrado el despliegue de viejas y nuevas estructuras militares, que más allá de una acción criminal, pretenden desafiar y reemplazar la autoridad que le compete al Estado por medio del uso de su fuerza. La contradicción en este proceso de reconfiguración de la estructura de la administración de la violencia, originada en la etapa abierta por la firma del Acuerdo de Paz, abre las posibilidades de interpretación en relación con las consecuencias del Acuerdo en la profundización de la estructura oligopólica de la fuerza en el escenario colombiano y sus consecuentes implicaciones más profundas y estructurales. El presente proyecto pretende indagar si el posacuerdo –la etapa iniciada con la firma del Acuerdo de Paz– en lugar de permitir la consolidación del monopolio de la fuerza en favor del Estado colombiano, ha permitido profundizar la estructura oligopólica de la violencia que ha caracterizado la realidad colombiana y que por extensión contribuye a considerar como inconcluso el proceso de construcción de Estado-nación en Colombia.

Beatriz Tiusaba Gomez /Universidad Militar Nueva Granada