Intelectuales y política en México. Tres perspectivas intelectuales de la democracia en México.
En la búsqueda de interpretaciones, reflexiones, explicaciones o descripciones del poder político; en ese genuino interés por descubrir cuáles son las razones por las que mujeres y hombres luchan, compiten y trabajan para obtenerlo y ejercerlo, irremediablemente toda lectura o investigación seria nos remite a un grupo privilegiado de individuos, que por su formación cultural así como por su alto conocimiento de asuntos del orden público –y desde luego por su actividad creadora-, pero fundamentalmente por su clara y definida posición política, asume el rol de lo que conocemos en nuestros tiempos como intelectuales. De la misma forma en que nuestra curiosidad sobre el poder político nos remite de manera directa a los intelectuales; es inevitable que esa misma curiosidad, ese interés por conocer la lógica del poder político, nos oriente a conocer a un segmento de académicos de la Ciencia Política que, en contraposición a las tendencias pluralistas 1 , manifiesta la existencia y preminencia de una clase, élite u oligarquía política o de poder que se estructura y organiza para tomar decisiones sobre la distribución y el ejercicio del poder político. Esas dos perspectivas, sobre los orígenes del segmento que influye, que incide en la construcción de las ideas que justifican, dan coherencia y legitiman la acción política a través de una argumentación articulada en torno a principios políticos básicos; y sobre la existencia de un grupo reducido de individuos que se distinguen del resto de los que componen la sociedad política, por su capacidad de influir y decidir en el ejercicio del poder político, son el andamiaje teórico que me permite presentar en el objeto de estudio a tres intelectuales mexicanos que asumen una posición sobre el estudio de la democracia en México durante la primera década del siglo XXI.