El problema de ser un país rentista

El problema de ser un país rentista Desde el siglo pasado cuando se descubrió el valor y la importancia del petróleo y en México se descubrieron yacimientos petroleros en aguas someras empezó nuestra bendición o nuestra maldición: ser un país rentista. Un país rentista, es el que depende de la renta producida por una actividad económica, generalmente de la actividad petrolera. Por ejemplo, en la teoría, X país obtiene de la industria petrolera su principal fuente de ingresos y como es el único que posee petróleo, puede establecer los precios en condiciones ventajosas (de monopolio). Sin embargo, en un mundo globalizado, como el país rentista depende mayoritariamente de la exportación de un solo producto, difícilmente puede tener un desarrollo económico sostenible. Al depender de actividades económicas incontrolables y cambiantes que dependen de factores externos, sus economías también se vuelven frágiles a la menor provocación. En México, a razón de la expropiación petrolera la noche del 18 de marzo de 1938, el petróleo se convirtió en un motivo de orgullo nacional. Sin embargo, lo que han olvidado los partidarios del capitalismo rentístico, es que México siempre ha vivido de la renta petrolera pero gracias al capitalismo de compadres y a la corrupción de Petróleos Mexicanos (PEMEX), el dinero del petróleo no nos ha llevado al desarrollo prometido. Sin embargo, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019 se refleja la necesidad de la nueva administración de seguir viviendo de un pasado glorioso, como el de los años 70 con la bonanza económica petrolera. Si bien, el petróleo ha servido para unir a los nacionalistas bajo el recuerdo del boom económico, ¿apostarle todo a la actividad petrolera en 2019 es arriesgado, debido a que las condiciones favorables de los años 70 ya no están? ¿Seguir condicionando a México a depender de un bien como el petróleo, puede ser peligroso para nuestra economía?

Ivonne Fernández Alarcón /Agencia para el Desarrollo de Yucatán