Control social no es igual a democracia
La demanda por transparentar y desmonopolizar la toma de decisiones públicas, llega a producir instituciones de control social que desafían el mandato libre de los representantes electos. Sin embargo, dichos mecanismos de participación social resultan problemáticos por que operan bajo una lógica distinta al principio de igualdad política. En este trabajo se problematiza la capacidad de las instituciones de control social para producir dos bienes democráticos: la rendición de cuentas y la igualdad. Se entienden las instituciones de control social como una forma de participación ciudadana reconocida y regulada por el Estado, con el objetivo de modular la toma de decisiones a través de criterios no políticos. Dado que introducen actores sin una legitimidad de representación universal en los procesos de toma de decisiones públicas, se sugiere estudiarlos bajo el enfoque del corporativismo. A partir de este marco se analiza la capacidad democrática de cuatro consejos ciudadanos implementados por el Congreso del estado de Colima, para acompañar la elección de titulares de organismos estatales en dos contextos distintos, en el año 2015 y el 2017, y bajo dos tipos de normativa: una local y otra nacional. Se sugiere que en presencia de una sociedad civil con bajos niveles asociativos y una sociedad política alineada en mayoría, los dispositivos de control social promueven de forma ambigua la rendición de cuentas, además de configurar espacios de intermediación política funcionales a las autoridades estatales, así como a actores sociales que, en una situación de dependencia, tienden a monopolizar la representación del campo de lo ciudadano.