Violencia política como amenaza a la Democracia y Seguridad Nacional en México
Violencia política como amenaza a la Democracia y Seguridad Nacional en México. Objetivo: Dar una visión concreta del binomio Seguridad Nacional-Elecciones, mediante la vinculación de los factores violencia, crimen, sistema electoral mexicano, democracia y Seguridad Nacional. El alcance es abordar los problemas vigentes que asechan a la sociedad mexicana, y evidenciar la carencia de solidez de las políticas públicas implementadas para mitigar tales hechos. Metodología: Consiste en abordar la existencia de la relación directa entre el Sistema Electoral y la Seguridad Nacional en México; para ello, primero se debe explicar la razón del Estado de derecho: la democracia y las garantías protegidas y satisfechas por éste; Segundo, se desarrolla el vínculo existente entre las elecciones y la violencia, sus orígenes y sus efectos, y finalmente se hace un balance del impacto que la violencia política produjo en los comicios electorales de 2018. Aspectos a desarrollar: La investigación muestra la indagación en temas y situaciones poco estudiadas, tal vez debido a la escasa información teórica o la falta de interés especial por el mismo impacto que ocasiona. El binomio Seguridad Nacional–Elecciones es estudiado a partir del supuesto de la influencia que el segundo factor tiene sobre el primero enunciado; un vínculo que generalmente se relaciona con colusiones políticas en prácticas criminales y viceversa, tales como el financiamiento de campañas electorales con recursos provenientes de actos ilícitos o las políticas municipales (generalmente) que permiten el libre tránsito a operadores criminales. De tal forma, esta investigación confirma la hipótesis que identifica que grupos criminales dejaron de lado el financiamiento para influir de manera directa en los mecanismos democráticos del Estado, nombrando candidatos a modo, asesinando enemigos políticos y de manera violenta, impedir que se celebre el acto del voto. Asimismo, identifica que estos hechos tienen mayor presencia en las zonas rurales del país (datos del INEGI, muestran que en el 2010 el 22.2% del total de la población habitaba en comunidades rurales), donde el crimen encuentra el mejor escenario para poder preservar su existencia; todo a través de la obtención de rutas de acceso y control sobre las autoridades locales.