Paridad numérica, ¿garantiza la representación sustantiva?

Objetivo: Analizar la proporcionalidad entre la igualdad numérica y la representación sustantiva en las iniciativas y decisiones legislativas en México. Metodología: Tipo de investigación mixta. Aspectos a desarrollar: Durante casi veintitrés años, el sistema electoral mexicano ha buscado, mediante diversos mecanismos, el aumento de la presencia de mujeres en espacios de toma de decisión, prioritariamente en el ámbito legislativo. Dichos mecanismos se han ido incorporando a la legislación de manera paulatina: tal es el caso de las cuotas de género, incorporadas por primera vez en el año de 2002 en el extinto COFIPE, que establecía que los partidos políticos nacionales, obligatoriamente tendrían qué formular un máximo de 70% de candidaturas para uno de los géneros. Dicho porcentaje, aumentó en el año 2007 a 60%. En la actualidad, y desde la reforma electoral de 2014, se encuentra vigente el principio de paridad, que obliga a los partidos políticos a formular sus candidaturas con porcentajes igualitarios. Con el mismo fin, se ha hecho uso de otras herramientas como la obligatoriedad de que los partidos políticos destinen un porcentaje de su presupuesto para la capacitación, promoción y el desarrollo del liderazgo político de las mujeres. El dilema estriba en que los objetivos de los mecanismos antes mencionados, se enfocan prioritariamente en garantizar la presencia numérica sin dar tanta relevancia a la participación sustantiva. Es indudable que su aplicación ha generado resultados positivos, como muestra, basta señalar que tras las elecciones de 2018, el Congreso de la Unión, cuenta con el mayor número de legisladoras en la historia, pero queda la incógnita respecto de la proporcionalidad que pudiera existir entre la paridad numérica y la representación sustantiva. Por tal motivo, resulta interesante en primera instancia, analizar si existe tal proporcionalidad, así como las asignaturas pendientes de nuestro sistema político electoral en materia de igualdad, participación política y erradicación de la violencia política contra las mujeres.

Fernando Hernández Leal /Academia Interamericana de Derechos Humanos