Entre lo técnico y los político: las tensiones inherentes a la formulación de política cambiaria en países en desarrollo
La política monetaria corresponde a una política pública que normalmente es ejercida por los bancos centrales que surgieron como instrumentos para ejercer el monopolio de la emisión de dinero, manejar las reservas oficiales y ofrecer liquidez al sistema financiero en escenarios de dificultad. Dados esos propósitos, los bancos centrales han ganado cierto grado de autonomía en muchos Estados, aunque su labor, que en principio se entiende como meramente técnica, no es ajena a la coyuntura política, los grupos de interés y al interés de algunos gobiernos, que ven en la emisión un camino expedito para la materialización de sus promesas electorales. La política monetaria está íntimamente relacionada con la denominada política cambiaria, en tanto el mercado cambiario determina el nivel de tasa de cambio, el cual fluctúa en función de la oferta y la demanda de divisas. La tasa de cambio incide en la capacidad que tiene una economía para adquirir o vender bienes y servicios al exterior, se reflejan también en el nivel de los precios nacionales, en los flujos de capital que entran o salen de los países y en la estabilidad financiera, entre otros. La definición del tipo de cambio también está vinculada a procesos que tienen lugar en el interior de los Estados y sus instituciones. Usualmente existen grupos que se benefician o pierden como producto de interacciones económicas, y en ese orden de ideas disponen de recursos e instrumentos, muchos de ellos de carácter político, para maximizar sus ganancias o atenuar sus pérdidas. En ese sentido, los regímenes de tipo de cambio no se circunscriben al contexto de la teoría económica, sino que se adentran en el campo político. En esta ponencia se propone emplear marcos analíticos de la teoría económica y de la economía política para explicar las condiciones que definen que una política pública en materia cambiaria, en particular, se busca discutir acerca de los determinantes que llevan a una autoridad monetaria a escoger un régimen de tipo de cambio particular y en algunos casos a intervenir el mercado cambiario como resultado de una tensión entre criterios técnicos y políticos.