La política exterior de Chile hacia sus fronteras: tendencias y representaciones espaciales
La política exterior de Chile hacia sus fronteras: tendencias y representaciones espaciales La política exterior de Chile tradicionalmente inspirada en principios geopolíticos, ha sido clave para analizar los problemas fronterizos de su extenso territorio colindante con Argentina, Perú y Bolivia, con quienes hasta la fecha mantiene litigios diplomáticos en torno a sus límites territoriales. Su derrotero ha expuesto continuidades, cambios y matices en el plano teórico y práctico, infiriéndose, además, el diálogo con otras aproximaciones provenientes de las relaciones internacionales, principalmente asociadas al realismo político. En las últimas dos décadas, se advierte que se han introducido nuevas perspectivas que difieren de la geopolítica tradicional, no obstante que esta última mantiene una influencia importante en variados aspectos de esta política. De esta manera, ambas dimensiones geopolíticas -renovada y tradicional- coexisten en la definición de las políticas e instituciones del Estado de Chile hacia sus fronteras, construyendo una serie de representaciones espaciales. Estos imaginarios se expresan desde conceptos tales como zonas de colonización, zonas extremas, fronteras interiores, territorios aislados, territorios especiales. (García, 2015: 127), espacios vacíos y áreas grises ( Garay, 2005) y surgen de una serie de estrategias de intervención de parte de la política exterior, que terminan por objetivar una condición de periferia y de territorio problemático para los intereses del Estado. Para Chile y sus fronteras encontramos la idea de fronteras interiores y todas sus acepciones, el funcionamiento de instituciones como la Dirección de Fronteras y Límites y la puesta en marcha de leyes especiales para zonas extremas en distintos momentos, pero con el mismo énfasis. Estas definiciones tenderían a concebir los territorios fronterizos como espacios homogeneizados e integrados por el Estado, obviando que también pueden definirse a partir de prácticas transfronterizas y perspectivas integracionistas, una tendencia creciente en los Estados de América Latina pero incipiente en Chile.