Balance de la izquierda partidista contemporánea en la actividad del Poder Legislativo en México
La izquierda en México tiene una larga trayectoria que proviene de diversas corrientes surgidas desde el siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, como lo relata Carlos Illiades en su artículo “La izquierda populista mexicana”. El autor identifica tres fusiones en las que agrupa a las dispersas fuerzas de la izquierda en México: los nacionalistas socialistas, los nacionalistas revolucionarios y los movimientos sociales que congregan a los grupos urbanos, indígenas, socialistas y cardenistas. Dicha dispersión consigue agruparse al final del siglo XX con la formación del Partido de la Revolución Democrática quien agrupa a las diversas corrientes al interior del partido en la búsqueda de una estrategia político electoral para la izquierda. En dicha agrupación la pugna se ha desarrollado entre “dialoguistas” y “confrontacionistas” con el régimen en el poder (PRI y PAN). Esta lucha interna los ha llevado a fragmentarse en distintas ocasiones, pero sobre todo en 2006 con el surgimiento del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y su líder carismático Andrés Manuel López Obrador quien finalmente termina por fracturar nuevamente a la izquierda, pero el arrastre electoral del líder en las elecciones de 2018 parece que reintegra parte de estas fuerzas alrededor de su dirigente político. Este proceso de reunión, dispersión, división, fragmentación, fractura y reunión ha impedido el crecimiento electoral de la izquierda de manera constante, este más bien ha sido irregular e intermitente. Dicha situación ha traído como consecuencia la formación de una izquierda pragmática, atrapa todo (catch all) y con estrategias electorales que provoca en los electores una alta volatilidad y evita el arraigo entre sus votantes y la identidad con una ideología específica. Al mimo tiempo, la institucionalidad del partido ha sido eclipsada por los liderazgos nacionales y locales. La militancia de la izquierda se dispersa entre los distintos grupos que la componen y lejos de conformar una agrupación cohesionada entre sus seguidores, bajo la directriz de una agenda social y económica clara, se han decantado por el pragmatismo electoral impulsado por la personalidad de sus liderazgos. Un liderazgo extrainstitucional que se mueve cómodamente entre movimientos disruptivos y demandantes y la actividad institucional de sus diferentes agrupaciones en el Congreso. Tales características, marcan la trayectoria de una izquierda que busca permanecer, institucionalizarse y fortalecer su organización interna, sin embargo, la falta de identidad ideológica y la fusión del partido con la personificación de sus líderes, entorpecen el objetivo de la organización, de ahí la interrogante del tipo de gobierno que sustenta la izquierda a partir de su relación con el partido y la agenda propuesta para impulsar el proyecto de la izquierda ganadora en las elecciones de 2018 en México. En este sentido, la ponencia ofrece un balance de la izquierda contemporánea en el Congreso mexicano a partir de su presencia electoral, de su peso legislativo, y de la capacidad de cooperación e influencia en la agenda parlamentaria.